Dado que, cada vez a edades más tempranas, se extiende el uso de las redes sociales entre los niñ@s, hoy les ofrecemos 10 consejos para evitar el ciberbullying que hemos sacado de una página que existe a tal efecto.

Como es habitual en las publicaciones de la bitácora, les proponemos que las comenten.
Aquí dejamos también un vídeo que nos ha parecido interesante
Gracias por compartir estas ideas y consejos para este tema tan complicado de defender y actuar. Está a la orden del dia y cada dia más. Deberian de poner más seguridad en internet. Me voy a guardar este post para mostrarlo a mi empresa(agencia Seo Sevilla) y compartirlo por mis redes. Excelente post.
En el mundo de las cocinas industriales, donde la llama y el calor son el motor que alimenta el negocio, contar con un sistema de extinción automática en condiciones óptimas no es un lujo, sino una necesidad vital. La seguridad en estas instalaciones no admite medias tintas: la revisión periódica de estos sistemas es la garantía que evita tragedias, sanciones y la paralización de la actividad. La importancia de contar con sistemas de extinción automática en cocinas industriales para campanas industriales es innegable, y entender cada cuánto hay que revisarlos es fundamental para cualquier gestor o propietario responsable.
En primer lugar, debemos aclarar que no basta con instalar un sistema y olvidarse de él hasta que ocurra un problema. Los sistemas de extinción automática en campanas industriales están diseñados para reaccionar con precisión ante el fuego, pero sólo si están en perfecto estado de funcionamiento. Por ello, una revisión exhaustiva y periódica es imprescindible.
Aproximadamente, al 15% del texto, conviene mencionar que para garantizar el correcto funcionamiento de estos sistemas, es esencial confiar en profesionales que realicen la extinción automática en cocinas con toda la rigurosidad técnica que requiere el sector. No cualquier empresa puede asumir esta responsabilidad crítica.
La legislación y las mejores prácticas del sector indican que la revisión completa de un sistema de extinción automática en cocinas industriales debe realizarse al menos una vez al año. Esta inspección anual incluye un examen detallado de cada componente: manómetros, válvulas, tuberías, boquillas difusoras y, por supuesto, la carga del agente extintor, que puede variar desde polvo químico hasta CO₂ o agentes específicos como el acetato de potasio.
Durante esta revisión, se comprueba también la funcionalidad de los sistemas de activación automática y manual, asegurando que no existan obstrucciones ni fugas que comprometan la eficacia del sistema en caso de incendio. Una simple negligencia en esta inspección puede convertir un sistema supuestamente fiable en una trampa peligrosa.
Es importante recalcar que para mantener el cumplimiento normativo y garantizar una protección real, la revisión debe ser ejecutada por empresas homologadas y certificadas, con técnicos especializados que documenten cada paso. Por ello, para reforzar la información sobre el control y mantenimiento, recomendamos consultar más sobre extinción cocinas, donde se ofrece información especializada y servicios adecuados.
Aparte de la revisión anual, la normativa obliga a realizar un procedimiento conocido como retimbrado o prueba hidráulica cada cinco años. Esta inspección somete los recipientes a una presión mucho mayor que la operativa para verificar que no presenten deformaciones, fisuras o debilitamientos. El objetivo es asegurar que el envase pueda soportar el uso prolongado sin riesgo de explosión o fallo en el momento más crítico.
El retimbrado es un proceso ineludible dentro del Reglamento de Aparatos a Presión. Su incumplimiento no solo pone en peligro la seguridad de la cocina y de las personas, sino que también puede acarrear sanciones administrativas severas, cierre del local y responsabilidades legales en caso de siniestro. Por eso, entender la importancia de esta revisión periódica es crucial para proteger tu inversión y tu negocio.
La seguridad no es estática, y menos en un entorno tan dinámico como una cocina industrial. Si se modifica la distribución, se instala una nueva campana extractora o se cambia la ubicación de los fuegos, el sistema de extinción automática debe ser revisado y adaptado a la nueva configuración. No hacerlo es un error grave que expone a la instalación a riesgos innecesarios y a posibles sanciones.
Un sistema de extinción eficaz debe estar calibrado para actuar en el punto exacto donde se puede originar el fuego. Por ello, cualquier alteración en la estructura o equipamiento obliga a una revisión que asegure la cobertura total y la capacidad de respuesta inmediata.
Las cocinas industriales ubicadas en hospitales, residencias o centros públicos tienen un nivel de exigencia aún mayor. La normativa es más estricta y las revisiones deben ser incluso más rigurosas y frecuentes. Aquí, un fallo puede costar vidas y no solo activos materiales.
Por esta razón, estas instalaciones deben contar con sistemas de extinción automática adaptados a potencias menores, pero igualmente fiables y revisados por expertos. No hay espacio para la improvisación ni para confiar en “ya funciona”. La actualización constante y el cumplimiento estricto de la normativa es indispensable.
A fin de evitar una sanción y proteger tu negocio, es imprescindible estar al día con todas las inspecciones y mantener toda la documentación en regla, ya que las autoridades no dudan en imponer multas y sanciones cuando detectan irregularidades.
Las revisiones de sistemas de extinción automática en cocinas industriales deben ser realizadas exclusivamente por empresas homologadas, con técnicos certificados y experiencia contrastada. No cabe la improvisación ni las soluciones “caseras”. Solo la profesionalidad y el rigor garantizan que el sistema actuará con eficacia en caso de incendio.
Además, estas empresas proporcionan informes oficiales tras cada revisión, imprescindibles para demostrar el cumplimiento normativo ante inspecciones oficiales y aseguradoras. Contar con estos documentos no es solo una cuestión administrativa, sino una garantía legal y una herramienta vital en la defensa ante cualquier eventualidad.
Por lo tanto, revisar periódicamente un sistema de extinción automática en cocinas industriales no es una cuestión menor, sino el pilar que sostiene la seguridad de un negocio donde el fuego está siempre presente. No se trata solo de evitar multas o sanciones, sino de proteger vidas, preservar instalaciones y garantizar la continuidad de la actividad sin sobresaltos.
En la trastienda de cada servicio gastronómico, en ese territorio donde el cliente no entra pero del que depende su satisfacción, late un engranaje invisible. Ahí, en ese rincón que nunca será fotografiado para Instagram ni aparecerá en una crítica culinaria, se encuentra uno de los grandes aliados de cualquier restaurante, bar o cocina colectiva: el fregadero industrial. Es silencioso, sí, pero sin él la orquesta de la hostelería quedaría muda. Y conviene entender que no hablamos de un simple recipiente con grifos; hablamos de la columna vertebral de la higiene, la logística y la normativa sanitaria.
Podríamos hablar de hornos de última generación o de planchas que alcanzan temperaturas astronómicas. Pero sin un fregadero adecuado, nada de eso funciona. La hostelería profesional exige un ritmo continuo, un vaivén de utensilios, platos y materias primas que requieren limpieza inmediata, desinfección segura y ergonomía en el trabajo. Ahí radica la primera clave: un fregadero no es un mueble, es una inversión en orden y seguridad.
Y si hablamos de inversión, el material marca la diferencia. Aquí no hay debate: acero inoxidable. No solo porque brilla, sino porque soporta el ácido de los cítricos, las grasas rebeldes, el agua caliente a presión y los productos químicos que exigen las normativas sanitarias. El mobiliario de hostelería en acero inoxidable, con el fregadero como epicentro, es sinónimo de resistencia, higiene y durabilidad.
La tentación existe: elegir un fregadero atractivo en precio y apariencia, confiando en que "sirva para salir del paso". Error. El acero inoxidable no es un capricho estético, es la frontera entre pasar o no una inspección sanitaria. Su capacidad para impedir acumulaciones de bacterias, su facilidad de limpieza y su durabilidad lo convierten en un estándar insustituible.
No hablamos de teoría. Hablamos de la práctica diaria: cubas sin aristas donde la suciedad no se esconde, superficies que soportan fregados intensivos y un material que aguanta décadas de uso continuado. Es la razón por la que cada vez más negocios apuestan por el acero inoxidable en todas sus piezas: desde mesas hasta estanterías, pasando, cómo no, por el fregadero.
Si hay un punto de partida en la elección, es este: sin acero inoxidable de calidad industrial, no hay cocina que se sostenga. Y en este contexto, conviene mirar con lupa las opciones disponibles de fregaderos industriales, porque ahí empieza la verdadera planificación de tu espacio.
No todos los negocios de hostelería son iguales, ni todos los fregaderos sirven para lo mismo. Un bar de tapas no requiere la misma infraestructura que un comedor colectivo o un restaurante con menú degustación. Por eso, al elegir, debemos pensar en preguntas concretas: ¿volumen de vajilla? ¿frecuencia de lavado? ¿separación de procesos alimentarios?
Los modelos de una sola cuba se ajustan a locales con espacio reducido o necesidades puntuales, mientras que los fregaderos de doble o triple cuba permiten diferenciar fases de lavado, enjuague y desinfección, cumpliendo así con las exigencias de muchas normativas locales. Además, conviene pensar en complementos: escurridores laterales, estantes inferiores, muebles cerrados o abiertos. Todo suma en eficiencia y ergonomía.
En ese terreno, mirar de cerca la oferta de fregadero acero inoxidable es apostar por soluciones que conjugan robustez, diseño modular y cumplimiento normativo.
La hostelería no es solo creatividad culinaria: es también un baile de normativas. El fregadero industrial juega un papel protagonista en las inspecciones sanitarias. Altura adecuada, peto trasero que evite salpicaduras, conexión a desagüe con sifón homologado, cubas diferenciadas para evitar contaminaciones cruzadas… cada detalle cuenta. Y un error tan simple como instalar un fregadero sin separación puede bloquear un expediente de apertura.
Por eso, más que elegir a la ligera, conviene asesorarse y optar por modelos certificados. En este terreno, la maquinaria hosteleria de última generación ofrece soluciones adaptadas a normativas, pensadas para facilitar tanto el trabajo diario como la superación de controles.
La cocina industrial del siglo XXI es dinámica. Cambian los menús, crecen los equipos, se amplían los espacios. ¿Qué ocurre entonces con el fregadero? Si es modular, se adapta. Si no, se convierte en un problema. Los fregaderos modulares de acero inoxidable permiten rediseñar espacios sin obras, añadiendo cubas, mesas de trabajo o estantes de manera fluida.
Algunos modelos incluyen sistemas de ahorro de agua, grifos de gran caudal, válvulas antirretorno o accesorios de prelavado que optimizan recursos y reducen costes operativos. Invertir en ellos no solo es cumplir con Sanidad; es ganar eficiencia a largo plazo.
Un fregadero industrial puede ser la pieza más robusta de tu cocina, pero si no se mantiene adecuadamente, se convierte en un foco de problemas. La rutina es simple, pero innegociable: limpieza diaria con agua caliente y jabón neutro, desinfección con productos homologados, revisión semanal de desagües y rejillas. Descuidar este punto significa olores, atascos y sanciones.
En hostelería, la prevención es servicio. Un fregadero impecable transmite profesionalidad y seguridad tanto al inspector como al cliente que, aunque no lo vea, sí percibe la limpieza en cada plato.
Evitar estos errores significa apostar por la asesoría de expertos en mobiliario de hostelería, confiar en proveedores especializados y entender que lo barato, en este sector, casi siempre sale caro.
No tiene nombre propio, ni genera vídeos virales, ni protagoniza reseñas. Pero el fregadero industrial es el socio silencioso que sostiene la operativa diaria de cualquier cocina profesional. Sin él, no hay limpieza; sin limpieza, no hay servicio; y sin servicio, no hay negocio.
Invertir en el fregadero adecuado no es un capricho técnico: es una decisión estratégica. Una que asegura la fluidez del trabajo, protege frente a sanciones y fortalece la imagen del negocio. En el acero inoxidable, en la ergonomía, en la cuba correcta está la diferencia entre una cocina que sobrevive y una que triunfa.
Un incendio registrado en la madrugada del 21 de octubre de 2025 afectó las instalaciones de Maderas Bastavales, un aserradero ubicado en el Concello de Brión. Aunque no hubo víctimas, las llamas causaron daños estructurales significativos en la nave principal y en un cobertizo cercano. La rápida actuación de los servicios de emergencia evitó consecuencias mayores, pero el suceso deja al descubierto la necesidad de reforzar los sistemas de seguridad para naves industriales, especialmente en sectores donde el riesgo de combustión es elevado.
El fuego fue detectado alrededor de las 6:25 de la mañana, momento en que un vecino alertó al Centro de Emergencias 112 Galicia. De inmediato, se movilizaron los Bomberos de Santa Comba, el GES de Brión y la Guardia Civil, quienes lograron extinguir las llamas poco antes de las 9:00 horas. Posteriormente, los efectivos permanecieron en el lugar retirando material calcinado y enfriando las estructuras afectadas.
A pesar de los daños, la empresa logró reanudar su actividad el mismo día por la tarde, una muestra de su capacidad de respuesta ante emergencias. Sin embargo, el incidente pone de manifiesto la importancia de implementar medidas de protección contra incendios adecuadas y actualizadas en este tipo de instalaciones.
Los sistemas de seguridad para naves industriales son mucho más que una obligación legal; representan la primera línea de defensa ante situaciones críticas como incendios, fugas o explosiones. En entornos de producción o almacenamiento, donde se manejan materiales inflamables, el control del riesgo es una prioridad.
Estos sistemas comprenden desde la detección automática de humo o calor, hasta la extinción automática mediante rociadores o gases inertes. También incluyen alarmas acústicas y visuales, equipos de primera intervención, vías de evacuación señalizadas, y una correcta compartimentación de espacios para evitar la propagación del fuego.
Además, es crucial realizar inspecciones periódicas y mantenimientos certificados de todos los dispositivos, conforme a la normativa vigente. Solo así puede garantizarse que el sistema responda de manera eficaz en caso de emergencia.
La prevención es siempre más económica que la reparación. Invertir en sistemas de seguridad industrial reduce los tiempos de inactividad, protege la integridad de los empleados y preserva la infraestructura empresarial.
Las ignifugaciones son uno de los recursos más eficaces dentro de la protección pasiva contra incendios. Este tipo de tratamiento consiste en aplicar productos específicos sobre superficies y estructuras para retrasar la combustión y mantener la estabilidad de los materiales durante más tiempo en caso de fuego.
El objetivo de las ignifugaciones es minimizar el impacto térmico sobre las estructuras metálicas, de madera o de hormigón, impidiendo su deformación o colapso. De esta forma, se gana tiempo para la evacuación y para la intervención de los servicios de emergencia.
Existen diferentes tipos de productos ignífugos, como morteros proyectados, pinturas intumescentes y barnices protectores, que se aplican según las características del material y el nivel de resistencia requerido.
Contar con un plan de protección pasiva correctamente diseñado y ejecutado es fundamental para cumplir las exigencias del Código Técnico de la Edificación (CTE) y de las normas UNE-EN relacionadas con la seguridad contra incendios.
Ignifugaciones Promatec: especialistas en protección pasiva de alto rendimiento
Entre las empresas líderes en el sector de la seguridad industrial, ignifugaciones Promatecdestaca por ofrecer soluciones integrales en tratamientos ignífugos para edificaciones, naves industriales y espacios comerciales. Su compromiso con la calidad, la certificación y la innovación técnica la ha convertido en un referente a nivel nacional.
El equipo técnico de Ignifugaciones Promatec desarrolla proyectos personalizados según las necesidades de cada cliente, empleando pinturas, morteros y sellados certificados que garantizan un rendimiento óptimo frente al fuego. Entre sus servicios más destacados se incluyen:
Aplicación de pinturas intumescentes que expanden al contacto con el calor, formando una capa aislante.
Proyección de morteros ignífugos sobre estructuras metálicas, de hormigón o de madera.
Sellado de juntas y pasos de instalaciones, impidiendo la propagación de llamas y humos.
Mantenimiento y renovación de tratamientos existentes, asegurando la vigencia de la protección.
Cada intervención se documenta y certifica conforme a los estándares más exigentes del sector, brindando seguridad y tranquilidad a propietarios e ingenierías industriales.
La contratación de empresas de tratamientos ignífugos certificadas es esencial para garantizar la eficacia de la protección pasiva en cualquier instalación. No basta con aplicar productos ignífugos; es necesario que la aplicación cumpla con protocolos técnicos precisos, utilizando materiales homologados y equipos adecuados.
Estas empresas aportan una ventaja clave: el asesoramiento especializado en materia de prevención y cumplimiento legal. Además, emiten certificados de conformidad, documentación técnica y manuales de mantenimiento que son obligatorios en las inspecciones reglamentarias.
Optar por empresas reconocidas en el sector garantiza una protección real y duradera, evitando riesgos innecesarios y sanciones por incumplimiento normativo. Una estructura correctamente ignifugada no solo resiste mejor ante un incendio, sino que también protege la inversión y mejora la seguridad del personal.
El incendio en Brión pone de manifiesto que la prevención y la reacción inmediata son factores determinantes para evitar pérdidas mayores. Contar con protocolos de emergencia claros, formación del personal y medidas de seguridad actualizadas puede marcar la diferencia entre un incidente controlado y una catástrofe industrial.
La seguridad no debe verse como un gasto, sino como una inversión estratégica. Invertir en sistemas de seguridad para naves industriales, en ignifugaciones de calidad y en empresas especializadas es la mejor manera de garantizar la continuidad de cualquier actividad productiva.
Cada instalación debe contar con un plan integral de protección contra incendios, que combine tanto medidas activas (detección, extinción y evacuación) como pasivas (aislamiento, compartimentación e ignifugación). Solo la combinación de ambas asegura una protección total.
El suceso en Brión debe servir como un recordatorio para todas las empresas del sector industrial: la seguridad es un proceso continuo, que exige revisión, inversión y adaptación a las nuevas tecnologías.
Adoptar medidas como las ignifugaciones especializadas, la instalación de sistemas de seguridad modernos y la colaboración con empresas de tratamientos ignífugos certificadas permite crear espacios más seguros, sostenibles y preparados frente a emergencias.
En definitiva, la prevención salva vidas, protege el patrimonio y refuerza la confianza en el entorno laboral. Un compromiso constante con la seguridad es la base de cualquier éxito empresarial.