El alumnado de 6º ya está perfectamente ubicado en el Albergue de Pineda. Por la mañana se dedicaron a organizar habitaciones, recibir normas y posteriormente a comer, el menú fue alubias rojas, albóndigas con patatas fritas y mandarina. Por la tarde realizaron una marcha al Esteralvo para conocer la flora de la zona.A continuación merienda y luego grupos y dinámicas de juego.LA cena consistió en sopa de estrellas, merluza en salsa verde y yogurt.
Hoy pasarán la jornada en Aulas del Río y pescarán, si el tiempo no lo impide. Por la tarde ruta interpretativa por la zona.
Sistema de extinción de incendios en campanas extractoras
Extintores co2 2 kg
Extintor 6 kg abc
Una infraestructura estratégica de más de 400 millones de euros para la movilidad sostenible en Cataluña
El nuevo acceso ferroviario al Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat se encuentra ya en un 80% de ejecución, según ha confirmado Adif. Esta infraestructura de carácter estratégico está concebida para transformar la conectividad entre el aeropuerto y la red ferroviaria, beneficiando a entre 7 y 9 millones de viajeros anuales y reforzando la movilidad sostenible en el área metropolitana de Barcelona.
El proyecto, que supone una inversión global de más de 400 millones de euros, se está llevando a cabo en dos fases principales. En la primera fase, los trabajos se centraron en la construcción del trazado subterráneo bajo las pistas de aterrizaje, utilizando una tuneladora de última generación que permitió ejecutar la obra sin interferir en la operativa aeroportuaria. Actualmente, la segunda fase se encuentra en pleno desarrollo, con la ejecución de las instalaciones ferroviarias, galerías de conexión, sistemas de seguridad y todos los elementos necesarios para la entrada en servicio de la infraestructura.
El diseño de una obra de esta magnitud exige una atención especial a la seguridad estructural, especialmente en entornos subterráneos. Entre las medidas adoptadas, destaca el ignifugado de estructuras metalicas, un procedimiento fundamental que protege los elementos constructivos frente a las altas temperaturas en caso de incendio.
Este tipo de recubrimiento garantiza que las estructuras mantengan su resistencia y estabilidad durante un tiempo prolongado, lo que resulta vital para facilitar la evacuación de pasajeros y la intervención de los servicios de emergencia. La aplicación del ignifugado de estructuras metálicas en túneles y estaciones subterráneas convierte a este proyecto en un referente de seguridad ferroviaria en Europa, alineándose con las normativas internacionales más exigentes.
En paralelo a la obra civil, se está avanzando en el montaje de instalaciones esenciales como sistemas de ventilación, señalización, electrificación y comunicaciones. En este contexto, cobran protagonismo las ignifugaciones, una serie de técnicas aplicadas a recubrimientos, paneles y conductos para aumentar la resistencia frente al fuego.
Las ignifugaciones permiten ralentizar la propagación de un incendio, evitando que se extienda rápidamente en espacios cerrados como túneles ferroviarios. Esta medida, sumada a la instalación de modernos sistemas de detección y extinción, refuerza la seguridad de millones de pasajeros que utilizarán el nuevo acceso ferroviario hacia las terminales T1 y T2.
Además, el uso de materiales con propiedades ignífugas reduce de manera considerable los costes de mantenimiento y prolonga la vida útil de la infraestructura, aportando un valor añadido en términos de eficiencia y sostenibilidad.
Otro pilar esencial en el diseño del proyecto es la implementación de sistemas de protección pasiva. Este concepto hace referencia a soluciones constructivas que previenen la propagación del fuego y reducen sus efectos, sin necesidad de intervención activa.
En el nuevo acceso ferroviario del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, la protección pasiva se materializa en revestimientos resistentes, sistemas de compartimentación y barreras estructurales que actúan como contención natural en caso de emergencia. Estos elementos garantizan la integridad de las instalaciones y proporcionan más tiempo de respuesta a los equipos de seguridad.
La apuesta por la protección pasiva sitúa este proyecto dentro de los estándares europeos de máxima exigencia, donde la seguridad de los usuarios y la resiliencia de la infraestructura son prioridades ineludibles.
La entrada en servicio del nuevo acceso ferroviario supondrá un cambio significativo en la movilidad de Barcelona y su entorno. Conectará directamente las terminales T1 y T2 con la red de Cercanías y media y larga distancia, ofreciendo a los pasajeros una alternativa rápida y sostenible frente al transporte por carretera.
Este avance no solo reducirá los tiempos de viaje, sino que también contribuirá a disminuir la huella de carbono al favorecer el uso del tren como medio de transporte prioritario hacia el aeropuerto. De este modo, el proyecto se alinea con los objetivos de descarbonización marcados por la Unión Europea y refuerza la estrategia de movilidad sostenible en Cataluña.
La conexión ferroviaria directa al aeropuerto incrementará la competitividad de Barcelona como destino turístico y centro de negocios internacional. Una infraestructura de estas características potencia la capacidad de atraer inversión, eventos internacionales y visitantes, consolidando al aeropuerto como un hub europeo de referencia.
La mejora de la accesibilidad permitirá que los viajeros dispongan de una experiencia más fluida, reduciendo la dependencia de carreteras congestionadas y facilitando la planificación de sus desplazamientos. Esta infraestructura, además de su función operativa, se convierte en un elemento clave para impulsar la economía regional.
La ejecución del nuevo acceso ferroviario también se caracteriza por el uso de tecnologías avanzadas en todas sus fases. Entre ellas, destaca la aplicación de metodologías BIM (Building Information Modeling), que permiten gestionar la obra con precisión, prever incidencias y optimizar los recursos.
Asimismo, se han incorporado sistemas de monitoreo en tiempo real que garantizan la calidad de la excavación, la estabilidad del terreno y la seguridad de las estructuras. La innovación tecnológica aplicada convierte esta obra en un modelo de eficiencia y modernización en el sector de la ingeniería civil.
Con más de 400 millones de euros invertidos, el acceso ferroviario a la T1 y T2 representa una apuesta decidida por la modernización de las infraestructuras catalanas. El avance del 80% de ejecución confirma el buen ritmo de la obra y acerca cada vez más su puesta en servicio.
Su culminación situará al Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat a la altura de los grandes aeropuertos europeos que ya cuentan con conexiones ferroviarias subterráneas, fortaleciendo la posición estratégica de Cataluña en el mapa del transporte internacional.
Es una infraestructura clave que combina seguridad avanzada mediante ignifugado de estructuras metálicas, aplicación de ignifugaciones en instalaciones críticas y sistemas de protección pasiva de última generación. Todo ello con un objetivo común: ofrecer a millones de viajeros un transporte seguro, eficiente y sostenible, reforzando el papel de Barcelona como referente europeo en movilidad y conectividad internacional.
En el universo de la hostelería, y muy especialmente en el de las cocinas escolares, hay un protagonista silencioso que sostiene el ritmo frenético del día a día: las mesas de acero inoxidable centrales. No son un lujo, tampoco un mero accesorio. Son, sencillamente, la pieza que marca la diferencia entre un espacio improvisado y una cocina que respira orden, higiene y eficiencia. Y en un momento en que la alimentación escolar está bajo lupa, la elección del mobiliario de hostelería de acero inoxidable no es una opción estética: es una necesidad normativa, sanitaria y pedagógica.
El acero inoxidable es al mobiliario lo que el fuego a la cocina: imprescindible. En las cocinas escolares, donde se preparan centenares de raciones al día, el material debe resistir temperaturas extremas, contacto constante con alimentos y productos de limpieza agresivos. A diferencia de la madera o el plástico, el acero inoxidable no absorbe olores, no acumula bacterias y no se degrada con la humedad. Eso lo convierte en un aliado natural de quienes entienden que la higiene no admite negociaciones.
Además, hay algo más: el diseño central. Colocar la mesa en el centro del espacio de trabajo no es un capricho arquitectónico, sino una manera de convertir cada centímetro cuadrado en un escenario de eficiencia. Se gana superficie útil, se facilita el acceso desde varios puntos y se multiplica la funcionalidad de un solo elemento.
En la cocina de un colegio, donde conviven el poco espacio con la necesidad de preparar menús completos en tiempo récord, la mesa central es la pieza que organiza el caos. Funciona como área de preparación, zona de emplatado, punto de apoyo para utensilios y hasta estación para pequeños electrodomésticos. Con ella, la cocina deja de ser un laberinto para convertirse en un engranaje ordenado.
Es precisamente en este contexto donde la elección de mesas de acero inoxidable adquiere relevancia estratégica: no solo cumplen con los estándares sanitarios, sino que también ofrecen soluciones de durabilidad y versatilidad que ningún otro material iguala.
Por todo ello, contar con una mesa acero inox central es algo más que una decisión de diseño: es una apuesta por la seguridad alimentaria, la eficiencia operativa y el futuro de la cocina educativa.
Una mesa de acero inoxidable central es, en sí misma, una inversión ganadora. Pero su potencial se multiplica cuando se combina con accesorios diseñados para aprovechar al máximo cada centímetro. Los estantes inferiores ofrecen almacenamiento inmediato para ollas o utensilios; los paneles laterales con ganchos permiten tener cuchillos y espátulas siempre a mano; y las ruedas con freno añaden movilidad sin sacrificar seguridad. La modularidad convierte a este mueble en una herramienta viva que se adapta a las necesidades de cada jornada.
Todo ello forma parte de un universo más amplio: el del equipamiento hosteleria, donde cada pieza debe elegirse con la misma precisión con la que un chef selecciona los ingredientes de un plato. Una mesa mal escogida no solo resta espacio: compromete el ritmo y la calidad del servicio.
El acero inoxidable es un material agradecido, pero requiere cuidados mínimos para mantener su esplendor. Evitar estropajos metálicos y limpiadores abrasivos es la primera regla. La segunda: recurrir a soluciones sencillas como la mezcla de vinagre blanco y bicarbonato, un remedio casero tan eficaz como económico. Y la tercera: secar siempre la superficie tras cada limpieza, evitando que el agua deje marcas apagadas. Un toque extra de aceite mineral, aplicado con un paño suave, devolverá el brillo y añadirá una capa protectora invisible.
No todos los aceros inoxidables son iguales. El AISI 304 es el más habitual en cocinas profesionales por su resistencia a la corrosión y al contacto con alimentos ácidos. El AISI 430, más económico, puede servir en entornos de menor exigencia, aunque su resistencia es limitada. Y el AISI 316, más costoso, es el elegido para condiciones extremas, como cocinas sometidas a humedad constante o contacto con productos químicos agresivos. Elegir uno u otro no es una cuestión de capricho, sino de adaptar la inversión a las necesidades reales del centro.
¿Son completamente inmunes a la corrosión? No, pero el AISI 304 y el 316 ofrecen una resistencia extraordinaria en condiciones habituales de cocina.
¿Puedo cortar directamente sobre la mesa? Sí, aunque no es lo recomendable. Lo ideal es usar tablas de cortar para prolongar la vida útil de la superficie y de los cuchillos.
¿Son adecuadas para cocinas muy pequeñas? Precisamente ahí radica su mayor ventaja: maximizan el espacio, concentran funciones y ofrecen almacenamiento adicional sin restar movilidad.
En el día a día de una cocina escolar, no hay lugar para la improvisación. La elección de las mesas de acero inoxidable centrales marca la frontera entre una cocina funcional y una que se convierte en un obstáculo para quienes trabajan en ella. Se trata de un mobiliario que garantiza higiene, resistencia, optimización del espacio y cumplimiento normativo. En otras palabras: un aliado imprescindible para quienes entienden que la alimentación de los más pequeños no admite segundas oportunidades.
Porque no es solo acero ni es solo una mesa: es la base sobre la que se construye la confianza de familias, gestores y equipos de cocina. Y eso, hoy, vale más que cualquier moda o tendencia pasajera.